Para este día, un grupo de 20
personas nos reunimos en Frigiliana a las 7 de la mañana, en el Bar Virtudes,
convocados una vez más por el Ayuntamiento, que organiza salidas a la sierra
una vez al mes. En esta ocasión Antonio García, guía del ayuntamiento y también
socio del Club Elimán, iría a la cabeza dirigiendo al grupo y, cerrándolo Carlos
Castillo, también perteneciente a nuestro Club. Nuestro objetivo: coronar Cerro
Lucero.
Un microbús nos llevó hasta un
carril cercano a la Resinera, en el término municipal de Fornes
(Granada).
El impresionante macizo montañoso del Parque
Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama se caracteriza por sus tonos
blanquecinos que tienen como responsable al abundante mármol de la zona. Las
arenas creadas por la descomposición de esta roca constituyen un entorno idóneo
para el pino resinero. La abundancia de esta especie propició que los lugareños
encontraran en la resinación del pino una importante fuente de ingresos,
llegando a establecerse en la zona, la fábrica Unión Resinera Española hasta
1975.
La Resinera de Fornes en 1957. El patio central aparece ocupado por barriles para resinas.
Centro de interpretación La Resinera.pdf
Las predicciones meteorológicas hacían pensar que podía caer algo de lluvia y, desde el sendero, se veían nubes sobre el pico que se movían rápidamente, empujadas por el viento, pero finalmente no llovió.
El camino transcurrió sin contratiempos pasando por Cuesta Parda, Collado de Casines y Colaero de los Mosquitos, hasta el inicio de la fuerte pendiente que llevaba a la cima, donde una de las senderistas se vio obligada a detenerse por no encontrarse bien y esperar a que los demás bajaran, eso sí, acompañada en todo momento por alguno de nuestros guías.
En general, se avanzó a un ritmo muy suave y se hicieron frecuentes descansos, lo que permitió a los excursionistas disfrutar holgadamente de los paisajes y llegar a la cumbre muy cómodamente.
Cerro Lucero (1779 m), también llamado Raspón de los Moriscos, es una montaña con una característica forma piramidal que lo hace inconfundible, y que es visible desde gran parte de la costa malagueña y de la zona sur de Granada. En su cima quedan las ruinas de un antiguo cuartel de la guardia civil.
Hace pocos años se colocó una placa de azulejos en memoria de Sebastián
Orihuela, más conocido como El Zorro, natural de Frigiliana, y “culpable” del
amor que profesan muchos frigilianenses a esta sierra. Antonio, nuestro guía,
cuenta con nostalgia que empezó a conocer los rincones del parque de la mano de
su padre y de El Zorro. Carlos también lo conocía y alguna vez fueron juntos a
la sierra. Se dice que solía llevar una calabaza llena de whisky.
Después de admirar las
maravillosas vistas, de las fotos y del refrigerio iniciamos la bajada por el
mismo camino, esta vez sin más novedades que las que nos contábamos unos
excursionistas a otros. Muchos hemos coincidido ya en otras salidas y
aprovechamos la comodidad del ritmo para conocernos un poquito mejor. Ya en el carril que
conduciría de nuevo a la resinera, encontramos aquí y allá las vasijas de barro
donde se recogía la resina de los pinos y Antonio nos explica ilustrativamente
cómo se colocaba en el árbol.
La vuelta en autobús…dará que hablar. En el camino de regreso hicimos
una parada en un restaurante, como ya es costumbre, para tomar unos café, otros
té y otros…¡cervecita fresquita, ¿por qué no?!. Y con una mezcla por la
satisfacción de haber pasado tan agradable día y por el efecto (quizá) de las
botellas verdes, el resto del trayecto transcurrió entre animadas charlas y
risas. Incluso hubo quienes se animaron a cantar alguna de esas canciones que
se entonaban no hace tanto en los autobuses, cuando se iba de excursión,
dedicadas normalmente al afable conductor: “El señor conductor no se ríe, no
ríe, no se ríe…”. Y qué maravillosa voz de tenor la de alguno…
El Lucero es una montaña especial, casi tanto como la maravillosa
gente del autobús.
Crónica : Rocío Cañas
Un grupo "mu apañao" y fotos "mu bonicas". Y es un gustazo leer la crónica de la excursión, sobre todo para los que no hemos podido ir.
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